La comunicación efectiva es una de las competencias más importantes que debe tener el ser humano. La comunicación es definida como “el proceso de transmisión e intercambio de mensajes entre un emisor y un receptor. 

La comunicación deriva del latín communicatĭo que significa compartir, participar en algo o poner en común”.

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En el mercado laboral, veo a las personas preocupadas por el formato de hoja de vida, preguntas de entrevista, pruebas psicotécnicas, entre otros, pero no algo tan fundamental, como es tener una comunicación efectiva durante la entrevista.  En mi experiencia de más de 20 años en atracción de talento he realizado una gran cantidad de entrevistas, evidenciando en muchos candidatos, una brecha importante en esta competencia, a lo que he llamado “Entrevistas interminables”

Posibles escenarios de entrevistas

En estas entrevista he encontrado los siguientes escenarios:

  1. El candidato no deja terminar la pregunta
  2. El candidato no escucha la pregunta
  3. Si el candidato no entiende la pregunta, no solicita al entrevistador que la repita

Pero cuál es el resultado, cuando esto ocurre?

  1. En candidato responde lo que no es
  2. Se extiende y no concreta
  3. Se va por las ramas y no responde lo que se preguntó
  4. Pierde la atención, es disperso

Normalmente cuando esto ocurre, trato de interrumpir de forma respetuosa y centrar al candidato, por ejemplo, “Te estoy preguntando sobre este tema en particular, me gustaría que me contaras puntualmente …”. Pero también me ha pasado, que la persona no sigue la instrucción, y sigue con su extensa narración.  

Cuando  esto ocurre en entrevista, se pueden generar las siguientes hipótesis por parte del evaluador:

  1. Si no es concreto en su comunicación, puede ser disperso para alcanzar los objetivos
  2. Puede tener dificultades en el relacionamiento con personas que son concretas y orientadas al resultado
  3. Si no es concreto en su comunicación, puede tener falta de planeación y organización (No sabe jerarquizar sus ideas)

En nuestra cultura se ha considerado que las personas que hablan mucho y tienen esa facilidad de fluidez, cuentan con una buena comunicación, lo cual no es cierto. Definitivamente menos es más, en una buena comunicación la escucha activa es indispensable.